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Hombro congelado, causa o efecto del estrés simpático

El hombro congelado, también conocido como capsulitis adhesiva, es una afección que afecta la articulación del hombro, causando dolor y rigidez significativos. Se caracteriza por una disminución en el rango de movimiento del hombro debido a la inflamación y el engrosamiento de la cápsula articular que rodea la articulación.

El hombro congelado afecta de forma aproximada al 2% de la población. Es más común en las edades entre los 40 y 60 años, y con mayor incidencia en las mujeres que en los hombres. Los síntomas del hombro congelado suelen desarrollarse gradualmente y pasan por tres etapas: la etapa de congelación, la etapa de congelamiento y la etapa de descongelación.

En la etapa de congelación, se experimenta un dolor progresivo y creciente en el hombro, junto con una limitación gradual del movimiento. En la etapa de congelamiento, el dolor puede disminuir, pero la rigidez y la limitación del movimiento se vuelven más prominentes. En la etapa de descongelación, el rango de movimiento comienza a mejorar gradualmente.

El sueño se ve interrumpido por el hombro congelado

Durante el hombro congelado, el sueño puede verse afectado por varias razones: dolor, posición incómoda, malestar general, e incluso en algunos casos por los efectos secundarios de la medicación.

El dolor en el hombro congelado puede ser intenso y persistente, especialmente durante la etapa de congelación. El dolor puede empeorar por la noche, lo que dificulta conciliar el sueño o permanecer dormido durante toda la noche. El malestar constante puede interrumpir el sueño y provocar despertares frecuentes.

La rigidez y la limitación del movimiento en el hombro pueden hacer que sea difícil encontrar una posición cómoda para dormir. Al intentar evitar el dolor o la tensión en el hombro afectado, es posible que se adopten posturas que no son ideales para descansar adecuadamente. Esto puede causar incomodidad durante la noche y afectar la calidad del sueño.

El hombro congelado puede causar estrés y malestar general debido a la limitación del movimiento y las actividades diarias afectadas. El estrés y la preocupación pueden contribuir a la dificultad para conciliar el sueño o mantener un sueño profundo y reparador.

¿La solución al hombro congelado se aleja de la articulación propia del hombro?

La relación entre la limitación de movimiento en la parte anterior de la caja torácica y el desencadenamiento de un hombro congelado se puede explicar por la conexión anatómica y funcional entre estas dos áreas del cuerpo.

Dinámica respiratoria, aumento de la respuesta parasimpática y corrección de cargas en las caderas son el primer paso en la recuperación

El hombro es una articulación muy móvil y compleja que se encuentra en la unión del brazo y la parte superior del tronco. Para que el hombro tenga un rango de movimiento adecuado, es necesario que exista una coordinación y equilibrio entre diferentes estructuras, como los músculos, tendones, ligamentos y la cápsula articular que lo rodea.

La caja torácica, que forma la estructura ósea del tórax, también está conectada al hombro a través de músculos y tejidos conectivos. Los músculos pectorales, por ejemplo, se extienden desde el tórax hasta la parte anterior del hombro. Si la caja torácica presenta una limitación de movimiento, ya sea debido a una postura incorrecta, tensión muscular, rigidez o cualquier otro problema, esto puede afectar indirectamente la función del hombro.

Cuando la caja torácica tiene una limitación de movimiento anterior, es posible que los músculos pectorales se acorten y se vuelvan tensos. Esto puede causar una alteración en la posición y la alineación del hombro, lo que a su vez puede afectar el movimiento normal de la articulación. La tensión y la restricción en los músculos y tejidos conectivos de la caja torácica pueden transmitirse al hombro, causando desequilibrios musculares y disfunción en la articulación.

Además, la limitación de movimiento en la parte anterior de la caja torácica puede alterar la biomecánica y la alineación de la columna vertebral, lo que también puede influir en la función del hombro. Una mala postura o una curvatura anormal de la columna pueden afectar la distribución de las cargas y los movimientos normales en el hombro, predisponiendo a lesiones o disfunciones articulares.

El patrón respiratorio se modifica por el hombro congelado

El motivo principal de esta alteración es la limitación de movimiento y la rigidez en la articulación del hombro, lo que puede dificultar la expansión completa del tórax durante la respiración, obligando a realizar inhalaciones cortas y seguidas.

La movilidad adecuada de la articulación hombro es importante para permitir una respiración eficiente y completa. Cuando el hombro está congelado, la capacidad de mover la caja torácica y lo músculos relacionados, como los músculos pectorales y los intercostales, puede verse comprometida.

Además el hombro congelado a menudo está asociado con una postura encorvada hacia adelante, en la que los hombros están redondeados y la cabeza se inclina hacia adelante. Esta postura puede afectar negativamente la capacidad de expansión del tórax y limitar el movimiento del diafragma, el músculo principal responsable de la respiración.

Una restricción en la expansión de la caja torácica durante la inspiración, y por ende, restricción en la compresión durante la espiración

Como resultado, la persona puede experimentar dificultad para respirar profundamente, una sensación de opresión en el pecho o una respiración superficial. Estos cambios en el patrón respiratorio pueden llevar a una respiración más rápida y superficial, lo que puede aumentar el esfuerzo respiratorio y causar fatiga. Dominando una respiración simpática.

Restaurar el equilibrio del sistema nervioso simpático-parasimpático es esencial para un abordaje integral, y conducir a nuestro cuerpo a un entorno favorable a la curación.

Las personas más estresadas son más proclives a sufrir la lesión del hombro congelado

Aunque no existe una relación directa y comprobada entre el estrés y la lesión del hombro congelado, existen indicios suficientes como para pensar que el hombro congelado suele ser una consecuencia de un sometimiento de estrés al cuerpo durante un espacio de tiempo prolongado.

A pesar de que no se conoce la causa exacta por la que se produce el hombro congelado, si es de sobra conocido que el estrés crónico puede afectar la salud en general y puede contribuir a la tensión muscular y a una postura incorrecta, lo que podría aumentar el riesgo de lesiones en general, incluidas las del hombro. Además, el estrés puede influir en la percepción del dolor y en la respuesta del cuerpo a la lesión, pudiendo agravar los síntomas o retrasar la recuperación.

De hecho, es de sobre recomendados por diversos especialistas las técnicas de meditación, mindfulness, respiración y similares. Estas se recomiendan como parte de un enfoque integral para el manejo del estrés, la ansiedad y otros desafíos emocionales. Estas prácticas tienen como objetivo promover la relajación, la conciencia plena y el equilibrio mental, en un intento claro de restaurar el equilibrio entre el sistema nervioso simpático y parasimpático.

¿Cuánto tiempo puede durar el dolor en un hombro congelado?

Conociendo que se considera que una persona tiene un hombro congelado cuando presenta dolor y una limitación significativa del movimiento en la articulación del hombro durante al menos tres meses, a los que hay que sumar el tiempo de las fases que tiene el proceso, intentar revertir este tiempo de forma inmediata rara vez nos acerca a la solución.

Para revertir los pasos que han llevado a la situación de dolor durante el hombro congelado es posible con encontrarnos una duración de varios meses e incluso el año dependiendo siempre de las condiciones individuales del paciente.

El tiempo no debe ser un condicionante porque puede convertirse en un factor que produzca mayor estrés durante el tratamiento

En cualquier caso es importante tener en cuenta que la recuperación del hombro congelado requiere de paciencia y compromiso con el tratamiento y las recomendaciones por parte del paciente. Una terapia física, basada en ejercicios de rehabilitación desempeñan un papel crucial en la recuperación al ayudar a mejorar el rango de movimiento y reequilibrar tensiones musculares.

Un estilo de vida activo y saludable previene afecciones como esta, por ello es importante asegurarnos que nuestro cuerpo no pierde capacidad de movimiento en el mayor rango posible.

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