El pinzamiento de cadera, también conocido como impingement de cadera, se produce cuando hay una fricción anormal entre los huesos de la cadera y el labrum (un anillo de tejido fibrocartilaginoso que rodea la articulación de la cadera) durante los movimientos de la cadera.
De la forma en que se produce el choque se distinguen tres tipos impingement de cadera, y en función a ello el enfoque es diferente: de leva o tipo cam, cadera de choque o tipo pincer, o bien impingement mixto, que es una combinación de los dos anteriores.
Impingement tipo CAM o de leva
Es un tipo específico de pinzamiento de cadera de leva que se produce cuando la forma del hueso del fémur es anormal, generalmente con una cabeza femoral más prominente o asimétrica de lo normal. Cuando el hueso del fémur no tiene la forma adecuada, se produce un contacto excesivo entre el hueso y el acetábulo, lo que provoca fricción y dolor en la cadera.
El impingement de cadera tipo CAM es más común en hombres jóvenes y activos que practican deportes de alta intensidad y que realizan movimientos repetitivos de flexión de cadera, como correr, saltar y levantar pesas. Los síntomas pueden incluir dolor en la cadera, rigidez y reducción de la amplitud de movimiento.
El tratamiento presenta diferencias sustanciales en función del tipo de impingement, abordando soluciones para cada pinzamiento
Impingement tipo PINCER o de choque58
Es un tipo específico de pinzamiento de cadera de choque que se produce cuando el acetábulo (la cavidad en la que encaja la cabeza del fémur) tiene una forma anormal, generalmente con un labio acetabular más grande o más profundo de lo normal. Esta forma anormal del acetábulo provoca una mayor cobertura de la cabeza femoral, lo que puede provocar un mayor contacto y fricción entre los huesos de la cadera durante los movimientos.
El impingement de cadera tipo pincer es más común en mujeres de mediana edad y mayores, aunque también puede afectar a hombres. Los síntomas pueden incluir dolor en la cadera, rigidez, disminución de la amplitud de movimiento y, en algunos casos, chasquidos o crujidos en la cadera.
Primeras sospechas de impingement de cadera: síntomas
Los síntomas del impingement de cadera pueden variar de persona a persona, y la primera medida al sentir algo anormal es acudir a un fisioterapeuta que realice una valoración adecuada, como norma general los síntomas más comunes son:
- Dolor en la cadera o en la ingle, que puede empeorar con la actividad física o con el movimiento de la cadera.
- Dolor en el glúteo
- Rigidez en la cadera, especialmente después de estar sentado durante mucho tiempo o después de levantarse por la mañana.
- Dificultad para mover la cadera en ciertas direcciones o rangos de movimiento.
- Chasquidos o crujidos en la cadera durante el movimiento.
- Sensación de bloqueo o enganche en la cadera.
- Sensación de quemazón u hormigueo en la zona inguinal.
¿Es necesario diagnóstico del impingement mediante imagen?
El fisioterapeuta puede sospechar que un paciente sufre un impingement de cadera en función de los síntomas que presenta y de los hallazgos durante un examen físico. Sin embargo, la confirmación del diagnóstico del pinzamiento de cadera generalmente requiere pruebas de imagen, como una radiografía o una resonancia magnética.
Existe la posibilidad de comenzar el tratamiento de fisioterapia ante algunos síntomas, si se comprueba que los síntomas remiten o produce alivio, es posible que no se requiera una prueba de imagen inmediatamente. En general, la realización de pruebas de imagen, como una radiografía o una resonancia magnética, se reserva para aquellos pacientes que presentan síntomas más graves o que no responden bien al tratamiento conservador.
Determinar la idoneidad de la exposición a la radiación ionizante de una radiografía, es una cuestión personal e irá acorde al nivel de dificultad o dolor produzca el impingement de cadera. Es cierto que la resonancia presenta menos contraindicaciones médicas y su precio es más elevado.
¿Qué actividades de mi vida diaria pueden verse afectadas por el impingement de cadera?
Realizar actividades cotidianas pueden volverse un auténtico infierno, tareas simples como agacharse, vestirse o levantar objetos del suelo pueden ser difíciles y dolorosas, además de generar sensación de incompetencia o incapacidad de movimiento.
Dificultad para caminar. La sensación de «trabarse» o «atascarse» al caminar debido al roce anormal de la cabeza del fémur en la cadera puede hacer que caminar sea doloroso o incómodo.
Dolor al sentarse. Permanecer sentado durante períodos prolongados puede ser doloroso debido a la presión constante sobre la cadera.
Molestias para subir escaleras. La acción de subir escaleras implica una flexión y extensión repetitiva de la cadera, lo que puede aumentar el dolor y la incomodidad.
Practicar deporte con dolor o limitación. El impingement de cadera puede limitar la capacidad de participar en deportes o actividades físicas que requieren flexión y extensión repetitivas de la cadera, como correr, saltar, girar y levantar objetos pesados.
Respirar, una ventana para el impingement
La respiración es fundamental para abordar de forma integral el impingement de cadera, de hecho es la acción más repetida en nuestro cuerpo y puede verse involucrado todas las articulaciones del cuerpo. Esta acción puede verse alterada por el pinzamiento, y en situaciones de libertad, un patrón respiratorio inadecuado puede ayudar a que los síntomas aparezcan el personas que lo sufren.
Un objetivo a trabajar es la consecución de grados de libertad de movimientos y posiciones dianas en las que la articulación se encuentre en situación apta para su funcionamiento.
La distribución del aire y el efecto sobre las vísceras están estrechamente relacionado con la musculatura del suelo pélvico.
Los músculos del suelo pélvico en una posición de tensión o debilidad, esto puede provocar una mala alineación de la pelvis y la columna vertebral, lo que puede aumentar la fricción y la compresión en la articulación de la cadera. Por otro lado, los músculos del suelo pélvico también pueden ser afectados por el impingement de cadera. Cuando la articulación de la cadera se comprime y fricciona, esto puede causar dolor y tensión en los músculos de la pelvis, incluyendo el suelo pélvico.
La operación como último recurso en el impingement
Aunque es una opción de tratamiento, suele entrar en consideración después de que se hayan agotado todas las opciones conservadoras y no invasivas, como la fisioterapia, los medicamentos y los cambios en el estilo de vida.
Los motivos entre varias razones por las cuales la cirugía se considera la última opción son:
- Riesgos y complicaciones: cualquier procedimiento quirúrgico conlleva ciertos riesgos y posibles complicaciones, como infección, sangrado, daño nervioso, problemas de cicatrización y otros.
- Tiempo de recuperación: la recuperación después de la cirugía puede ser prolongada y requerir fisioterapia intensiva, lo que puede limitar la capacidad de realizar actividades cotidianas.
- Costo: la cirugía puede ser costosa.
- Resultados impredecibles: aunque la cirugía puede mejorar los síntomas en algunos pacientes, los resultados pueden no ser predecibles y puede haber una probabilidad de que los síntomas regresen después de la cirugía.
Dado que la mayoría de los pacientes pueden mejorar sus síntomas mediante tratamiento conservador y cambios en el estilo de vida, la cirugía solo se recomienda en casos de impingement de cadera graves o crónicos que no responden a otras formas de tratamiento.
Una cadera fuerte, una articulación menos comprimida
La musculatura que rodea la articulación de la cadera, incluyendo los músculos de la cadera superficiales y profundos, glúteos y abdominales, pueden ayudar a estabilizar la articulación de la cadera y reducir la fricción en la articulación.
Un programa de ejercicios de fortalecimiento específico puede ayudar a mejorar la estabilidad y la fuerza muscular en la zona de la cadera, lo que puede reducir el dolor y mejorar la movilidad. Es importante trabajar con un fisioterapeuta o un entrenador personal con experiencia en el tratamiento del impingement de cadera para desarrollar un programa de ejercicios específico y seguro que se adapte a las necesidades individuales del paciente.
De hecho, es posible que el planteamiento del entrenamiento ofrezca una situación de descompresión de la cadera mostrando síntomas inmediatos y posteriores, que al retomar las actividades de la vida diaria pueden remitir. En estos casos calcular la dosis adecuada entre sesiones puede presentar una solución óptima para convivir el impingement de cadera.