La pubalgia es una afección que se produce por una lesión o un estrés repetitivo en los músculos, tendones y ligamentos de la región de la ingle y el pubis. En general, se produce por un desequilibrio entre los músculos que rodean la pelvis y el pubis. Suelen aparecer en:
- Actividades deportivas: la pubalgia es común en deportistas profesionales y amateurs que realizan movimientos de cambios de dirección y ritmo, salto o carrera, como futbolistas, corredores, tenistas, entre otros. Estas actividades pueden generar una tensión constante en los músculos y tendones de la zona.
- Descompensación muscular: la falta de fortalecimiento en ciertos músculos y la sobrecarga en otros pueden desencadenar la pubalgia.
- Cambios en el equilibrio pélvico: el embarazo, la obesidad, el parto y la menopausia son factores que pueden alterar el equilibrio pélvico y generar la pubalgia.
- Trauma directo: una lesión directa en la zona de la ingle y el pubis puede desencadenar la pubalgia.
- Desalineación de la columna vertebral: una desalineación de la columna vertebral puede desencadenar la pubalgia debido a la tensión que ejerce sobre los músculos y ligamentos de la zona.
- Un patrón respiratorio inadecuado: con un suelo pélvico hiperactivo y una musculatura abdominal que trabaja en exceso.
Alineación de caderas, alteraciones musculares y pubalgia
En caderas que están desalineadas, los músculos y ligamentos que los rodean pueden verse afectados y tensarse. Esto puede generar desequilibrios musculares en la zona de la pelvis, lo que puede a su vez aumentar la tensión en la zona de la ingle y el pubis y desencadenar una pubalgia. Si se encuentra una desalineación, se pueden realizar ejercicios de fisioterapia específicos para corregirla, lo que puede ayudar a reducir la tensión en la zona de la ingle y el pubis y mejorar los síntomas de la pubalgia.
Por lo tanto, este aspecto es importante que sea evaluado en pacientes con pubalgia y considerar la corrección de esta desalineación como parte del tratamiento. La corrección de la alineación puede realizarse mediante la terapia manual o la fisioterapia.
La tensión en la musculatura isquiosural puede ocurrir como resultado de una compensación muscular, debido a un trabajo mayor de lo necesario, lo que puede llevar a la tensión muscular y al dolor. De hecho la alineación de la pelvis y la forma en que caminas o te mueves, puede poner una presión adicional en los músculos isquiotibiales y contribuir a la tensión muscular.
En la pubalgia, puede haber una inflamación o irritación en los tendones de los músculos que se insertan en el hueso púbico, incluyendo los tendones de los músculos flexores de la cadera. Esto puede resultar en dolor y molestias en la zona de la ingle y la pelvis, lo que puede limitar la movilidad y la función de los músculos flexores de la cadera.
La sobrecarga en el recto anterior del cuádriceps y el psoas ilíaco pueden ocurrir como resultado de una compensación muscular, pueden estar trabajando más de lo necesario para realizar las actividades diarias.
Reequilibrar las caderas, ajustar tensión muscular entre parte anterior y posterior, y descargar las zonas más afectadas
Corredores que sufren pubalgia
Una técnica de carrera inadecuada puede poner una presión adicional en los músculos y tendones de la zona pélvica y de la ingle, lo que aumenta el riesgo de sufrir una lesión, siendo importante destacar que una excesiva rotación externa de la cadera muestran debilidad o un desequilibrio en los músculos estabilizadores, como el glúteo, originando la pubalgia debido a una técnica de carrera incorrecta.
Por ejemplo, los corredores que golpean fuertemente el talón al aterrizar pueden poner una presión excesiva en los músculos y tendones de la zona pélvica y de la ingle, lo que puede contribuir a la aparición de la pubalgia. De manera similar, una técnica de carrera que implique una sobrecarga unilateral en la pierna también puede contribuir a la aparición de la pubalgia.
Varo de rodilla, el fútbol y la pubalgia
El varo de rodilla, una posición en la que las rodillas se encuentran abiertas con respecto a la línea media, a diferencia de las caderas y los tobillos, puede contribuir a la aparición de la pubalgia. Esta disposición puede conllevar una presión adicional en los músculos y tendones de la zona pélvica y de la ingle y un debilitamiento de la musculatura estabilizadora, lo que aumenta el riesgo de sufrir pubalgia.
Además, la pubalgia es una lesión común en los futbolistas debido a la naturaleza del deporte y la alta carga de entrenamiento que implica. Los jugadores de fútbol pueden experimentar una sobrecarga debido a los movimientos repetitivos, el golpeo repetitivo con su pierna hábil, los cambios de dirección y las colisiones que ocurren durante el juego.
Es importante que los jugadores de fútbol presten atención a su técnica de carrera y trabajen para mejorarla a fin de reducir el riesgo de lesiones.
¿Recuperarse de la pubalgia es cuestión de tiempo?
El tiempo de recuperación de la pubalgia puede variar dependiendo de la gravedad de la lesión, la causa subyacente y el tratamiento que se siga. En general, la pubalgia puede tardar de 4 a 12 semanas en sanar por completo, aunque cada persona y su grado de lesión será determinante para recuperarse completamente.
El tratamiento para la pubalgia puede incluir reposo de las acciones que la han originado, fisioterapia, y entrenamiento. Es posible que incluya medicamentos para el dolor y la inflamación, y en algunos casos, cirugía. La fisioterapia y el ejercicio es un componente importante del tratamiento, ya que ayuda a fortalecer los músculos y tendones afectados y a prevenir futuras lesiones.
Hipopresivos y pubalgias, buenos aliados
Los ejercicios hipopresivos son una técnica de entrenamiento que puede ser beneficiosa para las personas que sufren de pubalgia. Los beneficios más importantes son:
- Reducción de la presión intraabdominal: Los ejercicios hipopresivos ayudan a disminuir la presión en la zona abdominal, lo que puede reducir la tensión en la zona de la ingle y el pubis.
- Alineación diafragmática y suelo pélvico: una adecuada alineación del diafragma con la musculatura del suelo pélvico permitiendo una gestión del aire más eficiente.
- Mejora de la postura: Los hipopresivos pueden ayudar a mejorar la postura al fortalecer los músculos de la espalda y el abdomen, lo que puede reducir la tensión en la zona lumbar y mejorar la alineación de la pelvis.
- Fortalecimiento muscular: Los ejercicios hipopresivos pueden ayudar a fortalecer los músculos del abdomen, la pelvis y la zona lumbar, lo que puede mejorar la estabilidad de la zona y prevenir futuras lesiones.
- Mejora de la función respiratoria: Los hipopresivos pueden mejorar la función respiratoria al entrenar la capacidad pulmonar y la respiración diafragmática, lo que puede mejorar la oxigenación de los tejidos y reducir la tensión muscular.