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La escápula alada, también conocida como «escápula alata», es una condición en la cual el borde interno de la escápula (omóplato) se proyecta hacia fuera y alejada de la pared torácica, conocido también como una excesiva protracción escapular, que puede causar dolor, debilidad y disfunción en el hombro y la región escapular, limitando la capacidad de movimiento y afectando la calidad de vida.

El diagnóstico de la escápula alada generalmente se realiza a través de una evaluación clínica exhaustiva realizada por un fisioterapeuta o un médico especializado. Durante la evaluación, se observa la posición de la escápula en reposo y durante el movimiento, así como la fuerza y el control muscular de los músculos relacionados. Además, se pueden realizar pruebas funcionales específicas para evaluar la estabilidad y el rendimiento del hombro.

¿Sospechas que tienes tu escápula alada? Revisa tus síntomas

La escápula alada puede causar una variedad de síntomas que afectan principalmente el hombro y la región escapular. Estos síntomas pueden variar en intensidad y pueden incluir:

  1. Deformidad visual: La proyección del borde interno de la escápula hacia afuera puede ser fácilmente observable a simple vista, lo que crea una apariencia anormal de la espalda y los hombros.
  2. Dolor en el hombro y la espalda: Muchos individuos con escápula alada experimentan dolor en el área de la escápula afectada. Este dolor puede irradiarse hacia el cuello, el hombro, los brazos o la parte superior de la espalda.
  3. Debilidad muscular: La escápula alada puede debilitar los músculos estabilizadores de la escápula, como el serrato anterior y el trapecio inferior. Esto puede resultar en una disminución de la fuerza y dificultad para realizar actividades que involucren movimientos del hombro y los brazos, como levantar objetos pesados, empujar o estirar.
  4. Limitación del rango de movimiento: La disfunción escapular puede restringir la amplitud de movimiento del hombro, lo que dificulta los movimientos normales del brazo, como levantar, extender o girar.
  5. Sensación de inestabilidad: La escápula alada puede provocar una sensación de inestabilidad en el hombro, lo que puede hacer que el individuo se sienta inseguro o tenga miedo de realizar ciertos movimientos o actividades físicas.
  6. Fatiga muscular: La falta de estabilidad y la compensación muscular pueden hacer que los músculos se fatiguen más rápidamente durante el uso repetitivo o prolongado del hombro y los brazos.

Causas de una escápula alada

La escápula alada puede tener diferentes causas, y es importante identificar el origen del problema para abordarlo de manera efectiva. Principalmente se verá afectada la musculatura, presentado un debilidad muscular en los músculos que rodean la escápula, como el serrato anterior y el trapecio inferior, lo cual puede conducir a una falta de estabilidad y control, lo que resulta en la protracción de la escápula.

En casos más específicos y menos habituales, aparecen trastornos musculares, como la distrofia muscular de Duchenne o la miopatía, que pueden afectar la función muscular y contribuir al desarrollo de la escápula alada.

Lesiones directas en la región escapular, como fracturas, luxaciones o lesiones musculares, pueden provocar alteraciones en la posición y función de la escápula. Y por lesión o disfunción del nervio torácico largo o sus ramas pueden provocar debilidad en los músculos estabilizadores de la escápula, lo que resulta en su elevación y abducción excesiva, generando la escápula alada.

¿Qué es lo que no está funcionando bien en una escápula alada?

Destacan mecánicamente los músculos que desempeñan un papel crucial en la estabilización y el control de la escápula, y su debilidad o desequilibrio pueden contribuir a la aparición de la escápula alada.

¿tu programa de entrenamiento contribuye a generar este problema? Conoce qué ejercicios no pueden faltar para una espalda fuerte y sana

El serrato anterior es un músculo que se encuentra en la parte lateral y superior de la caja torácica. Su función principal es fijar la escápula contra la pared torácica y ayudar a estabilizarla durante los movimientos del brazo. Cuando el serrato anterior está debilitado, la escápula tiende a separarse de la pared torácica y se proyecta hacia afuera, lo que resulta en la apariencia de la escápula alada.

El trapecio es un músculo grande y triangular que se extiende desde la base del cráneo hasta la columna vertebral y se inserta en la clavícula y la escápula, que consta de tres porciones. La porción media del trapecio ayuda a retraer y estabilizar la escápula hacia la columna vertebral. Y la porción inferior del trapecio se activa cuando se deprime la escápula y se mueve hacia abajo.

Los romboides son músculos situados en la parte superior de la espalda, entre la columna vertebral y la escápula. Existen dos romboides principales: el romboide mayor y el romboide menor. La función principal de los romboides es retraer y estabilizar la escápula hacia la columna vertebral, ayudando a mantener una alineación adecuada. Cuando los romboides están debilitados, la escápula puede separarse de la columna vertebral y protruir hacia afuera, contribuyendo a la aparición de la escápula alada.

Cómo abordar una escápula alada

La fisioterapia desempeña un papel fundamental en el manejo de la escápula alada. Los objetivos del tratamiento fisioterapéutico incluyen mejorar la estabilidad escapular, fortalecer los músculos debilitados, restaurar el rango de movimiento y reducir el dolor.

Ejercicios de fortalecimiento para escápula alada

Se prescriben ejercicios específicos para fortalecer los músculos estabilizadores de la escápula, como el serrato anterior, el trapecio medio e inferior, los romboides y los músculos rotadores externos e internos del hombro. Estos ejercicios incluyen ejercicios de resistencia, ejercicios de control motor y ejercicios de fortalecimiento progresivo.

Es de vital importancia realizarlos con un profesional debido a que el control motor suele verse afectado y el feedback externo es parte esencial en el proceso de recuperación de la escápula alada.

Trabajar el cuerpo desde la posiciones eficaces, que provoquen una expansión-compresión en las áreas determinantes ayudarán a reeducar la escápula alada

La respiración, la ventana a la conciencia corporal

Mediante un trabajo específico de respiración diafragmática, va a permitir generar un momento de conciencia corporal y control postural. La escápula alada se verá beneficiada por al respiración, ya que implica una expansión completa del tórax, lo que ayuda a movilizar las articulaciones de la columna torácica. Una mayor movilidad en esta área puede facilitar un mejor posicionamiento de la escápula y reducir la tensión muscular.

Técnicas de reeducación neuromuscular para escápula alada

La fisioterapia puede utilizar técnicas de reeducación neuromuscular para mejorar la activación y el control muscular de los músculos relacionados con la escápula alada. Esto puede incluir ejercicios de facilitación neuromuscular propioceptiva (FNP), biofeedback y técnicas de control motor.

Movilización y terapias manuales en escápulas aladas

La terapia manual y la movilización pueden ayudar a mejorar la amplitud de movimiento de la articulación del hombro y reducir la tensión muscular. Los fisioterapeutas pueden utilizar técnicas manuales o dispositivos de asistencia para realizar estos ejercicios de forma segura y efectiva.

Terapia de analgésicas para escápulas aladas

Algunas modalidades físicas, como la terapia con calor, la terapia con frío y la electroterapia, pueden utilizarse como complemento al tratamiento fisioterapéutico para reducir el dolor, la inflamación y mejorar la circulación local.

Educación y autocuidado

Los fisioterapeutas también desempeñan un papel importante en educar al paciente sobre la escápula alada, las causas subyacentes y las estrategias de autocuidado. Esto puede incluir la corrección de la postura, consejos ergonómicos y recomendaciones para actividades diarias y deportivas específicas.

No sufras innecesariamente los efectos de una escápula alada

La escápula alada puede ser un problema incapacitante, pero con el enfoque adecuado de fisioterapia, se pueden lograr mejoras significativas en la estabilidad escapular, la fuerza muscular y la función del hombro. Es importante buscar la ayuda de un fisioterapeuta especializado que pueda realizar una evaluación precisa y diseñar un plan de tratamiento individualizado. Además, es esencial seguir las recomendaciones de ejercicio y autocuidado proporcionadas para optimizar los resultados a largo plazo.

«Después de varias sesiones de fisioterapia enfocadas en mi escápula alada, he experimentado una notable mejoría en mi postura y estabilidad. Los ejercicios de fortalecimiento y control motor me han ayudado a corregir mi alineación y a reducir el dolor en el hombro y la espalda».

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