La fascitis plantar es una afección común que afecta a muchas personas. Puede causar un dolor agudo en el talón y dificultar las actividades diarias. Si has sufrido o sufres de forma recurrente esta dolencia no dudes en leer estas recomendaciones.
La fascitis plantar es una afección en la cual se produce la inflamación y la irritación de la fascia plantar, una banda de tejido conectivo que se extiende desde el talón hasta la base de los dedos del pie. Aunque no existe una única causa definitiva de la fascitis plantar, se han identificado varios factores que pueden contribuir al desarrollo de esta afección.
- Calzado inadecuado: El uso de zapatos que no brindan un buen soporte o que tienen una amortiguación deficiente puede contribuir al desarrollo de la fascitis plantar. El calzado inapropiado no proporciona la estabilidad necesaria y puede ejercer presión adicional en la fascia plantar.
- Disminución de actividad física o sedentarismo: en ocasiones que trascurren periodos de tiempo sin realizar dosis de actividad física, llevando una vida sedentaria, el cuerpo puede responder de manera irritable a la exposición a una carga determinada, como puede ser luchar con la gravedad para desplazarnos o simplemente mantenernos de pie.
- Aumento repentino de la actividad física: Un cambio repentino en la intensidad, la duración o la frecuencia de la actividad física puede sobrecargar la fascia plantar, lo que aumenta el riesgo de desarrollar fascitis plantar.
- Sobrepeso u obesidad: El exceso de peso corporal ejerce una presión adicional en los pies y puede aumentar el estrés en la fascia plantar, lo que aumenta el riesgo de desarrollar esta afección.
- Problemas biomecánicos del pie: Algunas personas tienen una estructura anatómica del pie que puede aumentar el estrés en la fascia plantar. Esto puede incluir pies planos (pronación excesiva) o pies con arcos altos (supinación excesiva). Estas alteraciones biomecánicas pueden alterar la distribución de peso y la mecánica de la pisada, aumentando la tensión en la fascia plantar.
Sería un error solo centrarse en el pie y no considerar el conjunto de cadenas miofasciales al tratar la fascitis plantar
El enfoque holístico en el tratamiento de la fascitis plantar
La fascitis plantar es una afección que debe ser abordada de manera integral, considerando el conjunto de cadenas miofasciales y no solo el pie. Un enfoque holístico que evalúe y trate las conexiones y compensaciones en todo el cuerpo proporcionará resultados más efectivos y duraderos en el tratamiento de la fascitis plantar.
Conexiones anatómicas y funcionales alteradas durante la fascitis plantar
El cuerpo humano está interconectado a través de cadenas miofasciales, que son redes tridimensionales de tejido conectivo que atraviesan músculos, tendones, ligamentos y fascias. Estas cadenas están diseñadas para trabajar en conjunto y transmitir fuerzas y movimientos en todo el cuerpo. Por lo tanto, una disfunción o desequilibrio en una cadena miofascial puede afectar otras áreas del cuerpo, incluyendo el pie.
Por ejemplo, el dolor de hombro y la fascitis plantar pueden estar relacionados a través de las cadenas miofasciales. Aunque parecen ser áreas completamente separadas del cuerpo, las cadenas miofasciales conectan diferentes regiones y pueden afectarse mutuamente. Una de las cadenas miofasciales es la cadena posterior, la cual se extiende desde la planta del pie a través de la pierna, los glúteos, la espalda baja y llega hasta los hombros. Cuando hay una disfunción o desequilibrio en algún punto de esta cadena, puede afectar otras áreas a lo largo de ella.
La fascitis plantar como problema biomecánica
El pie es solo una parte de la cadena biomecánica que incluye la pierna, la cadera, la pelvis y la columna vertebral. Alteraciones biomecánicas en estas áreas, como la rotación de la cadera o la inclinación pélvica, pueden afectar la forma en que se distribuye el peso y se absorben las fuerzas durante el movimiento. Estas alteraciones pueden poner una carga adicional en la fascia plantar y contribuir al desarrollo de la fascitis plantar.
La movilidad de cadera desempeña un papel crucial en el desarrollo y la resolución de la fascitis plantar. Una limitación en la movilidad de la cadera puede contribuir a una mala biomecánica y aumentar el estrés en la fascia plantar, lo que puede llevar al desarrollo de la fascitis plantar. Además, una vez que se ha desarrollado la fascitis plantar, la falta de movilidad de cadera puede dificultar la recuperación y prolongar los síntomas.
El estrés y las preocupaciones afectan a nuestro patrón respiratorio, generando respuestas compensatorias que pueden originar dolores como la fascitis plantar
Compensaciones y patrones de movimiento compensatorios, el antes o el después al sufrir fascitis plantar
Cuando se produce una lesión o disfunción en una parte del cuerpo, el organismo tiende a buscar compensaciones para mantener el equilibrio y la funcionalidad. En el caso de la fascitis plantar puede ser el resultado de compensaciones a niveles superiores que terminan por agotar los recursos de nuestro cuerpo.
También, una vez surgida la fascitis plantar es posible que se desarrollen patrones de movimiento compensatorios en otras áreas, como la rodilla, la cadera o la columna vertebral. Estos patrones compensatorios pueden empeorar los síntomas de la fascitis plantar o incluso contribuir a nuevas lesiones.
Tratamiento analgésico del dolor en el tratamiento de la fascitis plantar
Terapia manual
Mediante el uso de técnicas de masaje, estiramientos y movilizaciones articulares, el fisioterapeuta busca reducir la tensión y la inflamación en los tejidos afectados.
- Movilizaciones oscilatorias, sostenidas, sostenidas con deslizamientos…
Terapia con contrastes y sensibilización del dolor
La aplicación de compresas calientes o frías puede aliviar el dolor y la inflamación, proporcionando alivio temporal y mejorando la circulación local.
- Pisar botellas de agua congeladas, bolas de automasajes, foam roller…
Electroterapia
El uso de corrientes eléctricas de baja frecuencia puede ayudar a reducir el dolor y promover la curación al estimular la circulación y aliviar la tensión muscular.
- Programas de relajación muscular en tens, compex, o cualquier otro dispositivo.
El segundo punto clave en el tratamiento de la fascitis plantar es el ejercicio correctivo
Cuando el diafragma no funciona adecuadamente, puede haber una alteración en la mecánica respiratoria y una mayor participación de los músculos accesorios de la respiración, como los músculos del cuello y los hombros. Esta tensión y disfunción en los músculos accesorios de la respiración pueden transmitirse a través de la cadena miofascial hacia la cadena posterior del cuerpo, que incluye los músculos de la pierna y el pie.
Además una evaluación de la movilidad de cadera con pruebas dónde se testen la rotación interna y externa de la cadera, flexión de cadera y abducción de cadera van a ayudar a identificar áreas problemáticas y diseñar un plan de tratamiento personalizado.
Por estas razones y muchas otras más, a la hora de aplicar el ejercicio correctivo no puede estancarse en estiramiento de la musculatura del pie y la pierna con el fin de reducir la tensión en la fascia plantar.
Un programa de tratamiento de ejercicio para eliminar la fascitis plantar necesita del tiempo suficiente para introducir el trabajo de respiración y estimular las cadenas miofasciales posteriores para que sea eficaz. Restaurar la presión intraabdominal, el posicionamiento de la pelvis y hombros, y por supuesto la mecánica de carga y descarga durante la marcha del miembro inferior.
Abordaje global para prevenir recurrencias en la fascitis plantar
Si solo se trata el pie y no se aborda el conjunto de cadenas miofasciales, es más probable que se produzcan recurrencias de la fascitis plantar. El entrenamiento de fuerza es beneficioso para prevenir la recurrencia de la fascitis plantar debido al fortalecimiento del cuerpo, así como la estimulación de las distintas cadenas miofasciales, que nos ayudan a entrar y salir de las multitud de posiciones que puede alcanzar nuestro cuerpo.
Además del entrenamiento específico de los músculos de la pierna y el pie, mejorando la estabilidad y el soporte del arco plantar, reduciendo la tensión y la carga en la fascia plantar, a través de ejercicios globales como sentadillas, peso muerto, remos, jalones…
El entrenamiento de fuerza no solo fortalece los músculos, sino que también aumenta la resistencia y la capacidad de carga de los tejidos conectivos, como por ejemplo la irritación en la fascitis plantar. Al desarrollar una mayor resistencia en la fascia plantar, se vuelve más capaz de soportar las fuerzas y el estrés repetitivo durante la actividad física, lo que reduce la probabilidad de recaídas.
Sin olvidarnos de la coordinación y el equilibrio, lo que contribuye a una mejor técnica de movimiento durante las actividades físicas de la vida diaria.