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Menopausia y Ejercicio: manteniendo la Salud en Equilibrio

La menopausia, un proceso natural en la vida de las mujeres, marca el cese definitivo de la menstruación y la capacidad reproductiva. Este período de transición, conocido como climaterio, está marcado por cambios hormonales y físicos que pueden tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de la mujer. En este contexto, el ejercicio físico emerge como una herramienta invaluable para promover la salud y mitigar los efectos adversos asociados con la menopausia.

Desgraciadamente la menopausia a menudo se presenta como un periodo triste y gris para la mujer debido a una combinación de factores físicos, emocionales y sociales que pueden impactar en su bienestar general.

vivir los desafíos y cambios que acompañan a la menopausia es esencial, afrontar las ventana de oportunidad que ofrece esta nueva etapa de autoconocimiento personal

Los niveles de hormonas como el estrógeno y la progesterona disminuyen significativamente pudiendo provocar una serie de síntomas físicos como sofocos, sudores nocturnos, problemas para dormir, fatiga y sequedad vaginal, lo que puede afectar el estado de ánimo y la calidad de vida de la mujer. A nivel emocional aparecen los cambios de humor, irritabilidad, ansiedad, depresión y falta de concentración. Estos síntomas pueden hacer que la mujer se sienta más vulnerable emocionalmente y contribuir a una sensación de tristeza y desánimo.

Culturalmente la menopausia se percibe como el fin de la juventud, lo que puede llevar a sentimientos de pérdida, incomodidad y preocupación por la imagen corporal y la autoestima. Además, la falta de discusión abierta y educación sobre la menopausia puede hacer que las mujeres se sientan solas y malentendidas en este proceso.

Y de hecho, la menopausia suele coincidir con otros cambios significativos en la vida de la mujer: como la crianza de los hijos, la jubilación o el cuidado de padres mayores. Estos cambios pueden añadir estrés adicional y contribuir a una sensación de pérdida y desequilibrio emocional.

Perspectiva positiva de la Menopausia

El enfoque con el que vivir los desafíos y cambios que acompañan a la menopausia es esencial, afrontar las ventana de oportunidad que ofrece esta nueva etapa de autoconocimiento personal. Al enfrentar los cambios físicos y emocionales de la menopausia, muchas mujeres desarrollan una mayor comprensión y aceptación de sí mismas, lo que puede llevar a un mayor sentido de autoestima y autoconfianza.

Con el fin de la menstruación, muchas mujeres experimentan una sensación de liberación y mayor libertad en su vida diaria. Ya no tienen que preocuparse por los ciclos menstruales, los cambios que generan, aumenta la flexibilidad en su actividades y planes, e incluso, el ahorro en productos como compresas y tampones.

es crucial que las mujeres incorporen la actividad física regular en su rutina diaria para enfrentar esta transición de manera saludable y activa

La liberación de preocuparse por la posibilidad de un embarazo no deseado genera una renovada intimidad en las relaciones sexuales, las parejas sientes una mayor libertad y conexión emocional. Con los hijos ya adultos o fuera del hogar, las parejas pueden tener más tiempo y energía para dedicarse el uno al otro.

El papel del Ejercicio Físico en la Menopausia

El ejercicio físico durante la menopausia es crucial para mantener un peso saludable, fortalecer los huesos y prevenir la osteoporosis, así como para reducir los síntomas físicos y emocionales, promoviendo así una mejor calidad de vida en esta etapa.

Control del peso corporal

El ejercicio físico ayuda a controlar el peso corporal, lo que es crucial durante la menopausia, ya que las mujeres tienden a experimentar cambios en la distribución de grasa corporal, aumentando el riesgo de obesidad y enfermedades relacionadas como la hipertensión o diabetes.

El entrenamiento de fuerza es esencial en esta etapa, la estimulación muscular contribuye a aumentar el gasto energético y, con una alimentación adecuada, la consecuente pérdida de grasa. La principal ventaja del ejercicio con resistencias es el gasto que se genera no solo durante la práctica sino también durante la recuperación.

De igual manera, acompañar el entrenamiento de fuerza con actividades más prolongadas orientadas a una estimulación de las distintas vías metabólicas es el cóctel perfecto para mantener un peso saludable.

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Fortalecimiento óseo y prevención de osteoporosis

Durante la menopausia, las mujeres experimentan una disminución en los niveles de estrógeno, lo que puede conducir a una pérdida de densidad ósea y aumentar el riesgo de osteoporosis. El entrenamiento de fuerza con impacto emerge como una estrategia efectiva para prevenir esta condición. Este tipo de entrenamiento implica el uso de pesos o resistencia externa junto con movimientos que generan tensión muscular sobre los huesos, pueden incluir actividades como subidas a step, saltos, o movimientos explosivos.

El entrenamiento de fuerza con impacto estimula el proceso de remodelación ósea, donde los osteocitos, células responsables de la formación y reparación del hueso, se activan para fortalecer la estructura ósea. Este tipo de entrenamiento no solo aumenta la densidad ósea, sino que también mejora la resistencia y la capacidad de carga de los huesos, lo que los hace menos propensos a fracturas.

Además, el entrenamiento de fuerza con impacto contribuye a fortalecer los músculos que rodean y sostienen los huesos, lo que proporciona una mayor estabilidad y protección contra lesiones. Al fortalecer los músculos, se reduce la carga sobre los huesos y se mejora la postura, lo que ayuda a prevenir caídas y fracturas en personas con osteoporosis.

Reducción de los síntomas de la menopausia

El ejercicio físico juega un papel fundamental en el alivio de los síntomas relacionados con el estrés, la ansiedad y la tristeza, y potencia el bienestar general, la autoimagen y las relaciones interpersonales, lo cual es especialmente relevante en el contexto de la menopausia.

El ejercicio estimula la liberación de endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y mejoran el estado de ánimo. Estos químicos cerebrales también promueven la sensación de bienestar y reducen los niveles de estrés y ansiedad. Durante la menopausia, las fluctuaciones hormonales pueden aumentar la susceptibilidad a experimentar estos síntomas, por lo que el ejercicio regular puede ser una estrategia efectiva para mitigarlos.

De hecho el ejercicio también puede potenciar las relaciones interpersonales al proporcionar oportunidades para socializar y conectarse con otras personas. Participar en actividades físicas en grupo, como clases de pilates, yoga, hipopresivos… puede fomentar el compañerismo y el apoyo mutuo.

Mejora de la salud cardiovascular

La mejora de la salud cardiovascular tiene un impacto significativo en la menopausia, ya que durante esta etapa de la vida de la mujer, existe un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los cambios hormonales asociados con la menopausia, como la disminución de los niveles de estrógeno, pueden contribuir a un mayor riesgo de hipertensión arterial, enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular.

El ejercicio regular es una herramienta clave para mejorar la salud cardiovascular durante la menopausia. El ejercicio aeróbico, como caminar, el running, nadar o actividades de fuerzas mantenidas durante periodo largo, fortalece el corazón, mejora la circulación sanguínea y ayuda a reducir la presión arterial y los niveles de colesterol. Esto es especialmente importante durante la menopausia, cuando las mujeres pueden experimentar cambios en los niveles de lípidos en sangre y una mayor rigidez arterial.

Además, el ejercicio físico puede ayudar a controlar otros factores de riesgo cardiovascular, como el sobrepeso y la obesidad, la diabetes tipo 2 y el tabaquismo. Mantener un peso saludable y adoptar un estilo de vida activo puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares durante la menopausia.

Promoción de la salud mental y cognitiva

El ejercicio físico regular se ha asociado con una mejor función cognitiva y una reducción del riesgo de deterioro cognitivo relacionado con la edad. Durante la menopausia, muchas mujeres experimentan cambios en la memoria y la concentración, y el ejercicio puede contrarrestar estos efectos, mejorando la función cerebral y promoviendo la salud mental en general.

En conclusión, el ejercicio físico durante la menopausia se revela como una estrategia fundamental para mantener la salud y el bienestar de las mujeres en esta etapa de la vida. Desde el control del peso corporal hasta la promoción de la salud cardiovascular y mental, el ejercicio ofrece una amplia gama de beneficios que pueden ayudar a mitigar los síntomas asociados con la menopausia y mejorar la calidad de vida en general. Por lo tanto, es crucial que las mujeres incorporen la actividad física regular en su rutina diaria para enfrentar esta transición de manera saludable y activa.

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